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Hacia mediados de los años 20, comienza el funcionamiento de una precaria fábrica de ladrillos, tejas (“musleras”) y alfarería, que adopta el nombre de PALMAR que representa la unificación de las siglas del nombre del yerno del original dueño (Pablo Luís Martínez).
En el año 1959, el Sr. Piero Astori, de origen italiano, que se dedicaba a la comercialización de ladrillos cerámicos en varios corralones ubicados en el cinturón industrial del Gran Bs. As., adquiere la fábrica.
El Sr. Astori introduce diversas mejoras tecnológicas en la fábrica que le permiten producir y comercializar una nueva tecnología constructiva que se había desarrollado por entonces en Italia.
Es así que comienza en nuestro país por primera vez, la elaboración del bloque cerámico portante a tubos verticales, en anchos de 12 cm. y 18 cm que presenta enormes ventajas constructivas y multiplica tanto la capacidad portante del muro como su aislación térmica. Nace con estos atributos lo que comercialmente se conoce como LADRILLO PORTANTE o CELERBLOQUE.
También desarrolla por primera vez en nuestro país una variante de las losas nervuradas; se trata de un forjado liviano de viguetas cerámicas y ladrillos cerámicos. Su característica sobresaliente es que elimina prácticamente el costoso y complicado encofrado de las losas macizas de HºAº. La incorporación de ladrillos cerámicos con varias cámaras de aire le aporta un excelente comportamiento térmico. Nace también con estos atributos la losa cerámica, la que comercialmente se conoce también como CELERLOSA.
Esta inteligente y racional forma de construir, se impone rápidamente en el mercado de la construcción. Progresivamente la casi totalidad de las fábricas de cerámica roja instaladas a los largo y ancho de nuestro territorio nacional, incorporan estos ladrillos en su producción, con prácticamente los mismos diseños ideados por Astori.
En el año 2004 la hija de Piero Astori, María Pía, incorpora como socio a la firma Latercer S.A. mediante un aporte de capital que fue íntegramente utilizado en la compra de maquinarias y en la incorporación de nuevas tecnologías. Se instala una nueva línea de producción totalmente automatizada llamada Palmar II, a la vez que se moderniza completamente la vieja línea de producción ahora llamada Palmar I. En esta última etapa Palmar ha triplicado su capacidad de producción llevándola a 50.000 toneladas mensuales, convirtiéndola una de las plantas más grandes y eficientes del país.